Renovación de la pista de despegue de parapente de Envol de Provence
Cuando la gente piensa en parapente, se imagina a alguien flotando por el cielo. Pero un despegue y un aterrizaje seguros y sin contratiempos son igual de importantes, y dependen de un subsuelo sólido y fiable. La escuela de parapente Envol de Provence se asoció con Vente Green para renovar su lugar de despegue. Nuestro césped Evia mejora tanto la resistencia como la seguridad del terreno de 800m2, al tiempo que se integra perfectamente en el impresionante entorno.
Fundada en 1983 como escuela de ala delta, Envol de Provence se convirtió en la primera escuela de parapente de la región Provence-Alpes-Côte d'Azur. Dirigida por un equipo de profesionales cualificados por el Estado, ofrece programas de formación variados para todos los niveles, desde principiantes hasta pilotos experimentados.
Cuestiones de superficie
En parapente, una superficie fiable es esencial para un despegue suave y un aterrizaje seguro. En un momento dado, los instructores de Envol de Provence expresaron su preocupación por el estado de su lugar de despegue. No sólo era un terreno fangoso, sino que además estaba plagado de cientos de piedrecitas que dañaban los parapentes. Para mantener el alto nivel de sus cursos y garantizar la seguridad, necesitaban una superficie que protegiera tanto a los pilotos e instructores como a sus equipos...
Césped Evia: mayor resistencia y aspecto natural
Para la renovación de su terreno de lanzamiento, Envol de Provence se asoció con Vente Green. El objetivo era mejorar la resistencia y la seguridad del terreno, manteniendo al mismo tiempo su estética natural. Para satisfacer estas exigencias, Vente Green propuso Evia, un césped duradero y de aspecto realista con un calibre de 5/8 y una mezcla única de hilos y colores. Como toque final, se añadieron 6 kilos de sílice Sibelco NH31 para mejorar aún más la durabilidad y el rendimiento de la superficie.
Retos de la construcción
Las obras de renovación comenzaron en enero de 2024, y el equipo se enfrentó a varios retos desde el principio. Por ejemplo, el transporte de materiales hasta el emplazamiento, situado a 1.371 metros de altura, llevó más de cuatro horas, ya que las pronunciadas pendientes y el terreno accidentado dificultaban el acceso. Además, la obra estaba expuesta a fuertes torbellinos, lo que obligó a estabilizar cuidadosamente el césped. Se colocaron estacas en los bordes para asegurar el césped y evitar que se levantara,
A pesar de estas dificultades, la renovación se completó en pocos días. Con la nueva superficie, instructores y pilotos pueden volver a disfrutar de sus aventuras en las alturas, sabiendo que aterrizarán sin problemas y sin daños en sus equipos.